domingo, 31 de agosto de 2008

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LA TOLERANCIA
1. ¿Qué es la tolerancia? Tolerar es permitir un mal que se puede evitar, con el fin de obtener un bien. (La palabra permitir a veces significa aprobar, pero aquí se utiliza en el sentido de no impedir).
2. Cualidades de la tolerancia
La tolerancia requiere distinción entre el bien y el mal, entre verdad y error. El bien y la verdad no se toleran, sino que se aplauden. Sólo el mal y el error puede a veces tolerarse.
La tolerancia se aplica en la práctica; no en la teoría. En la teoría el mal no se aprueba. Sólo se permite en la práctica sin llamarlo bien. Aquí se puede incluir la conocida idea de caridad con las personas y firmeza ante el error.
Sólo hay tolerancia cuando el mal se puede evitar. Si el mal fuera ineludible, no se trataría de tolerancia sino de paciencia o capacidad de aguante. Es distinto soportar que tolerar.
La tolerancia forma parte de la prudencia. Se toma la decisión de permitir el mal con vistas a obtener un bien.3. Diferencias.- La tolerancia es una actitud correcta que no se debe confundir con otros planteamientos.
Para el relativismo no hay verdades, y no se distingue entre el bien y el mal. La tolerancia es diferente pues el mal sigue siendo mal, y no bien, aunque se permita.
La comodidad a veces es motivo de permitir males. Pero aquí el mal se produce por debilidad o egoísmo. En cambio, en la tolerancia no se permite el mal por estos motivos sino buscando un bien real.
No es correcto hacer un mal para obtener un bien. Esto es diferente de la tolerancia donde el mal no lo hace uno mismo, sino que se permite que otros lo hagan.
La cooperación al mal de otros es diferente a la tolerancia. En la cooperación se contribuye al mal por hacer u omitir algo. En la tolerancia se contribuye al bien que en ese caso exige permitir un mal.4. ¿Excesos y defectos de tolerancia? En cualquier virtud, y también en la tolerancia hay errores por exceso o por defecto. En el primer caso estaríamos en la blandura o permisivismo donde todo se admite. En el extremo opuesto se sitúa el rigorismo donde nada se permite.
5. ¿Ejemplos? La tolerancia entra en el campo de las decisiones prudenciales, de modo que los ejemplos pueden ser válidos o no según las circunstancias. A veces lo prudente es ejercitar la tolerancia, pero en el mismo caso con otra situación puede ser mejor atajar el mal. Veamos unos ejemplos.
En la familia a veces hay que tolerar errores y fallos de los hijos, pero en otras ocasiones hay que corregirlos. En ambos casos se busca el bien de los hijos que unas veces necesitan de fortaleza y otras de amabilidad. Ni el excesivo rigor, ni la excesiva blandura son buenas.
Otro ejemplo familiar: Una madre puede dejar a su hijo que tome unas cajas vacías sabiendo que se le caerán encima. No le dice nada para que vaya aprendiendo. En cambio, intervendrá inmediatamente si se trata de cajas pesadas o con objetos delicados. En un caso hay tolerancia, en el otro se ataja el mal.
En el ámbito deportivo se permite a unos aficionados que insulten al árbitro o al equipo rival. Pero no se tolera que les apedreen.
En el campo de la autoridad civil, suele haber tolerancia con algunos comportamientos juveniles (diversión, ruido, ligeros desperfectos, abandono de desperdicios...). Pero otras actitudes se deben atajar. Por ejemplo, las drogas o las locuras conduciendo vehículos.
Sin embargo, esas mismas acciones que se toleran en la calle probablemente no se deban permitir en casa ni en el colegio, donde precisamente se intenta educar a los jóvenes. Incluso el mismo hecho se puede corregir un día y tolerarlo otro si acaso el chico está más abatido o alterado. El mal sigue siendo mal, pero a veces la caridad reclama permitirlo. La tolerancia es prudencial.6. ¿Ejemplos de tolerancia en la Biblia? En la Biblia el Señor actúa a veces con gran firmeza, otras con benignidad. Quizá el caso de tolerancia más citado sea la parábola de la cizaña (Mt 13, 24) donde el Señor no aparta a los malvados hasta que llegue el fin del mundo. Aquí surge el tema del mal en el mundo.
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TOLERANCIA

La tolerancia.

Podríamos definir la tolerancia como la aceptación de la diversidad de opinión, social, étnica, cultural y religiosa. Es la capacidad de saber escuchar y aceptar a los demás, valorando las distintas formas de entender y posicionarse en la vida, siempre que no atenten contra los derechos fundamentales de la persona...
La tolerancia si es entendida como respeto y consideración hacia la diferencia, como una disposición a admitir en los demás una manera de ser y de obrar distinta a la propia, o como una actitud de aceptación del legítimo pluralismo, es a todas luces una virtud de enorme importancia.
El mundo sueña con la tolerancia desde que es mundo, quizá porque se trata de una conquista que brilla a la vez por su presencia y por su ausencia. Se ha dicho que la tolerancia es fácil de aplaudir, difícil de practicar, y muy difícil de explicar.
Hay una tolerancia propia del que exige sus derechos: La oposición de Gandhi al gobierno británico de la India no es visceral sino tolerante, fruto de una necesaria prudencia. En sus discursos repetirá incansablemente que, “dado que el mal sólo se mantiene por la violencia, es necesario abstenerse de toda violencia”. Y que, “si respondemos con violencia, nuestros futuros líderes se habrán formado en una escuela de terrorismo”. ¿Les suena esto en la actualidad mundial?. Además, “si respondemos ojo por ojo, lo único que conseguiremos será un país de ciegos”.
¿Cuándo se debe tolerar algo? La respuesta genérica es: siempre que, de no hacerlo, se estime que ha de ser peor el remedio que la enfermedad. Se debe permitir un mal cuando se piense que impedirlo provocará un mal mayor o impedirá un bien superior. Ahí entra en juego nuestro discernimiento. Defender una doctrina, una costumbre, un dogma, implica casi siempre no tolerar su incumplimiento. Con este concepto entendemos claramente que la verdad siempre surge desde la individualidad y que las verdades generalistas solo nos llevan a un camino de confusión.
De todas formas, hay dos evidencias claras: que hay que ejercer la tolerancia, y que no todo puede tolerarse. Compaginar ambas evidencias es un arduo problema.
Todos los análisis realizados por filósofos y estudiosos de la materia al respecto a la tolerancia aprecian la dificultad de precisar su núcleo esencial: los límites entre lo tolerable y lo intolerable. De nuevo, y como en casi todos nuestros acontecimientos diarios, debemos beber en la fuente de la sencillez, ella será la encargada de otorgarnos el discernimiento que nos de la inspiración para el obrar.
Hemos empezado hablando de la tolerancia como parte del “respeto a la diversidad”. Se trata de una actitud de consideración hacia la diferencia, de una disposición a admitir en los demás una manera de ser y de obrar distinta de la propia, de la aceptación del pluralismo. Ya no es permitir un mal sino aceptar puntos de vista diferentes y legítimos, ceder en un conflicto de intereses justos. Y como los conflictos y las violencias son la actualidad diaria, la tolerancia es un valor que es muy necesario y urgentemente hay que promover.
Ese respeto a la diferencia tiene un matiz pasivo y otro activo. La tolerancia pasiva equivaldría al “vive y deja vivir”, y también a cierta indiferencia. En cambio, la tolerancia activa viene a significar solidaridad, una actitud positiva que se llamó desde antiguo benevolencia. Los hombres, dijo Séneca, deben estimarse como hermanos y conciudadanos, porque “el hombre es cosa sagrada para el hombre”. Su propia naturaleza pide el respeto mutuo, porque “ella nos ha constituido parientes al engendrarnos de los mismos elementos y para un mismo fin”. Séneca no se conforma con la indiferencia: “¿No derramar sangre humana? ¡Bien poco es no hacer daño a quien debemos favorecer!”. Por naturaleza, “las manos han de estar dispuestas a ayudar”, pues sólo nos es posible vivir en sociedad: algo “muy semejante al abovedado, que, debiendo desplomarse si unas piedras no sostuvieran a otras, se aguantan por este apoyo mutuo”. La benevolencia nos enseña a no ser altaneros y ásperos, nos enseña que un hombre no debe servirse abusivamente de otro hombre, y nos invita a ser afables y serviciales en palabras, hechos y sentimientos.
La tolerancia es un regalo desde los primeros años de la vida.

TOLERANCIA

El primer día en la universidad, nuestro profesor se presentó y nos pidió que procuráramos llegar a conocer a alguien a quien no conociéramos todavía.Me puse de pie y miré a mi alrededor, cuando una mano me tocó suavemente el hombro.Me di la vuelta y me encontré con una viejita arrugada cuya sonrisa le alumbraba todo su ser.- "Hola, buen mozo. Me llamo Rose. Tengo ochenta y siete años. ¿Te puedo dar un abrazo?"Me reí y le contesté con entusiasmo:- "¡Claro que puede!". Ella me dio un abrazo muy fuerte.- "¿Porqué está usted en la universidad a una edad tan temprana, tan inocente?", le pregunté.Riéndose contestó:- "Estoy aquí para encontrar un marido rico, casarme, tener unos dos hijos, y luego jubilarme y viajar."- "Se lo digo en serio", le dije. Quería saber qué le había motivado a ella a afrontar ese desafío a su edad.- "Siempre soñé con tener una educación universitaria y ahora, simplemente la voy a tener", me dijo.Después de clases caminamos al edificio de la asociación de estudiantes y compartimos un batido de chocolate.Nos hicimos amigos enseguida.Todos los días durante los tres meses siguientes salíamos juntos de la clase y hablábamos sin parar.Me fascinaba escuchar a esta "máquina del tiempo".Ella compartía su sabiduría y experiencia conmigo.Durante ese año Rose se hizo muy popular en la universidad; hacía amistades a donde iba. Le encantaba vestirse bien y se deleitaba con la atención que recibía de los demás estudiantes. Se lo estaba pasando de maravilla.Al terminar el semestre, invitamos a Rose a hablar en nuestro banquete de fútbol. No olvidaré nunca lo que ella nos enseñó en esa oportunidad.Luego de ser presentada, subió al podio. Cuando comenzó a pronunciar el discurso que habia preparado de antemano, se le cayeron al suelo las tarjetas donde tenía los apuntes...Frustrada y un poco avergonzada se inclinó sobre el micrófono y dijo simplemente:- "Disculpen que esté tan nerviosa. Dejé de tomar cerveza por cuaresma y ¡este whisky me está matando!. No voy a poder volver a poner mi discurso en orden, así que permítanme simplemente decirles lo que sé."Mientras nos reíamos, ella se aclaró la garganta y comenzó:- "No dejamos de jugar porque estamos viejos; nos ponemos viejos porque dejamos de jugar. Hay sólo cuatro secretos para mantenerse joven, ser feliz y triunfar.1.- Tenemos que reír y encontrar el buen humor todos los días.2.- Tenemos que tener un ideal. Cuando perdemos de vista nuestro ideal, comenzamos a morir. ¡Hay tantas personas caminando por ahí que están muertas y ni siquiera lo saben!.3.- Hay una gran diferencia entre ponerse viejo y madurar. Si ustedes tienen diecinueve años y se quedan en la cama un año entero sin hacer nada productivo se convertirán en personas de veinte años. Si yo tengo ochenta y siete años y me quedo en la cama por un año sin hacer nada tendré ochenta y ocho años.4.- Todos podemos envejecer. No se requiere talento ni habilidad para ello.Lo importante es que maduremos encontrando siempre la oportunidad en el cambio. No me arrepiento de nada. Los viejos generalmente no nos arrepentimos de lo que hicimos sino de lo que no hicimos. Los únicos que temen la muerte son los que tienen remordimientos."Terminó su discurso cantando 'La Rosa'. Nos pidió que estudiáramos la letra de la canción y la pusiéramos en práctica en nuestra vida diaria. Rose terminó sus estudios...Una semana después de la graduación, Rose murió tranquilamente mientras dormía.Más de dos mil estudiantes universitarios asistieron a las honras fúnebres para rendir tributo a la maravillosa mujer que nos enseñó con su ejemplo, que nunca es demasiado tarde para llegar a ser todo lo que se puede ser.

domingo, 17 de agosto de 2008

Olimpíadas de Berlín 1936

Cuando Alemania consiguió traer los Juegos Olímpicos de 1936 para Berlín, la capital del país, Adolfo Hitler aún no estaba en el poder. Eso impidió que él usara el evento para tratar de confirmar su teoría de la raza superior. En las calles de Berlín, habían banderolas con el símbolo nazi mezclado con la bandera olímpica.
En la fiesta de apertura, la antorcha llegó al estadio cargada por un legítimo representante de la juventud nazi. De nada le sirvió a Alemania haberse comprometido en no promover ninguna especie de manifestación racial, ideológica o religiosa durante las pruebas. En la ceremonia de apertura, después del himno alemán, 100 mil personas gritaron "Heil Hitler".
Por la Villa Olímpica, estaban impartiendo afiches con mensajes como "juden unerwuenscht" (judíos indeseables). Fueron retirados los afiches, pero el ambiente de intolerancia racial se mostraba evidente. A Jesse Owens lo llamaban el "esclavo de los blancos americanos". Los alemanes victoriosos aparecían en los periódicos como "rubios vencedores". Los negros siempre eran discriminados en las Olimpíadas. Muchos no llegaban a participar del desfile en la ceremonia de apertura. Esto ocurría principalmente en la delegación de los Estados Unidos. En 1936, los negros consiguieron su espacio. En los juegos de Berlín, los negros vencieron gran parte de las competiciones. Como Jesse Owens, que conquistó 4 medallas de oro. Hitler molesto, se negó a entregar las medallas para el atleta negro. Pero sus medallas le fueron entregadas. Sin embargo el Führer saludó al principal rival de Owens en el salto.

miércoles, 13 de agosto de 2008

Antecedentes históricos del conflicto ruso-checheno
Los prolegómenos del actual conflicto ruso-checheno habría que situarlos en el nombramiento del general A. P. Yermólov como jefe militar supremo del ejército ruso del Cáucaso y embajador en Irán por el zar Alejandro I a comienzos de mayo de 1816. Este nombramiento fue motivado porque este militar ruso no simpatizaba con la política reaccionaria de Arakchéyev, favorito del zar. La política exterior rusa en Transcaucasia, cuyo ejecutor era A. P. Yermólov, perseguía, por una parte, "la salvaguardia de la seguridad general" y, por otra, "que se mantuviese la paz con Persia y que se reafirmasen las relaciones amistosas con ella" . Pero para aplicar esta política era preciso mantener el orden zarista en una amplia región donde no se había consolidado aún la administración rusa, una Transcaucasia que, en caso de iniciarse un conflicto bélico con Irán, se convertiría inmediatamente en retaguardia de las tropas rusas.Una retaguardia sin "orden" era un escollo para que las tropas rusas pudiesen operar libremente y sentirse seguras en la zona atravesada por el llamado "camino militar georgiano". En 1817, tras haber asumido estas premisas de la política exterior rusa para Transcaucasia, A. P. Yermólov propone al Comité de Ministros de Rusia que se refuercen las guarniciones mediante el envío de nuevos contingentes de soldados. A comienzos de 1821, éstos comenzarían a llegar a la zona en número de 16.000 soldados, procedentes de los gobiernos de Chernígov y Poltava (Ucrania). Pero este envío de tropas era insuficiente para A. P. Yermólov, quien se dirigió a sus superiores subrayando la necesidad de que una nueva leva acrecentase el número de soldados y que los regimientos imperiales se ubicasen permanentemente "entre los montañeses". Sin embargo, y, a pesar de la premura de esta petición, el Comité de Ministros ruso hizo oídos sordos a ella. Posteriormente debieron reclutarse nuevos soldados, pues en octubre de 1826 las tropas del general A.P. Yermólov ascendían a alrededor de 40.000 hombres y 124 piezas de artillería. En 1820 tienen lugar los primeros altercados entre el pueblo checheno y los militares rusos. Su causa es preciso buscarla en el empecinamiento de A. P. Yermólov de trasladar la línea de guerra desde el río Terem al Censa, es decir, a las zonas más fértiles de Chechenia, ubicadas en los valles limítrofes con la cordillera caucasiana. Los ingenieros militares rusos iniciaron allí la construcción de numerosas fortificaciones. Los chechenos se opusieron a verse privados de sus mejores tierras y comenzaron a atacar reiteradamente las posiciones rusas. Los notables y mullahs chechenos pidieron ayuda a los terratenientes y dignatarios religiosos de Daguestán. Alarmado por esta coyuntura, A. P. Yermólov exigió a las autoridades chechenas que cesasen las hostilidades de inmediato, el pago de un tributo oneroso, la prestación de trabajos a las tropas rusas y que se constituyesen nuevos núcleos de población chechena allí donde pudiesen ser observados desde las fortificaciones construidas por los rusos. En otoño del mismo año, los ocupantes rusos incendiaron el aúl Guerzel, robaron el ganado, mataron a parte de los habitantes y talaron los bosques. Algunos aldeanos, horrorizados ante las tropelías de las tropas zaristas, decidieron jurar "fidelidad" al zar y se comprometieron a pagar un tributo anual en especie. Sin embargo, la mayoría del pueblo checheno no se doblegó ante el invasor. Prueba de ello fue el estallido de una revuelta antirusa en Chechenia Oriental, dirigida por el señor feudal Beybulat Taymázov y el mullah Muhammad, que se presentó como "Mahdi". Aún en 1825, los soldados rusos seguían cometiendo tropelías semejantes. Prueba de ello es que arrasaron los aúles ubicados en las inmediaciones de la fortificación Vnezápnaya. Estos desmanes del ejército ruso provocaron un aluvión de refugiados chechenos en dirección a Avaria. En 1826 era derrotada por A.P. Yermólov la caballería chechena de Beybulat Taymázov, quien se vió obligado a refugiarse en la ciudad de Anapa, bajo poder otomano, y los ocupantes rusos destruían la aldea de Chijkeri. Este mismo año comienza a observarse un aumento notable de la actividad de las táriqas de los místicos sufíes chechenos, los cuales llaman a sus hermanos de religión a continuar la hazavat contra los ocupantes rusos. Así pues, la política exterior de Rusia en Chechenia durante el período analizado se puede caracterizar como la política puramente colonial de las clases dominantes de un país que se encuentra en el período de transición del régimen de servidumbre al capitalismo primigenio . Asimismo, en estos años y en todas las capas y clases de la sociedad rusa sale a la luz el tópico estereotipo de presentar al checheno como "bandido" y "salteador", lo cual se ha estado haciendo aún hoy desde los diferentes medios de comunicación rusos y occidentales durante la última guerra ruso-chechena. Ésta ha sido siempre la actitud prejuiciosa de los colonialistas: difamar a los pueblos colonizados sin conocerlos, haciendo siempre alarde de ignorar su cultura por considerar inferiores a ambos. Es esa la actitud de quienes necesitan el modelo de bárbaro "Calibán" para mantener su ideología y política colonialistas, tanto internamente como en su actitud expansionista frente a las naciones que piensan someter, a pesar de que "nada hay de bárbaro en la nación visitada por el hombre que dije, salvo que llamamos barbarie a lo que no entra en nuestros usos" . Lo más sorprendente es que el mito del "pérfido" checheno calase presuntamente incluso en lo más hondo del pensamiento de algunas figuras prestigiosas de la intelectualidad rusa de aquel período. En este sentido, cabe destacar que en 1828 el célebre escritor ruso A. S. Griboyédov propuso a I. F. Paskiévich la fundación de la Compañía Rusa de Transcaucasia con el fin de incrementar el comercio ruso con Irán y reforzar las posiciones del expansionismo ruso en la región . Solamente criticarán la agresión del colonialismo ruso a los pueblos checheno y daguestano los escritores auténticamente progresistas de la époco, es decir, los demócratas revolucionarios Dobroliúbov y Hertzen ; el resto se unirá al corifeo zarista y algunos llegarán a ser partícipes de esta agresión en calidad de oficiales rusos, entre ellos Lérmontov y Lev Tolstoy. La coyuntura en Chechenia iba siendo cada día más tensa a finales delos años 20 y comienzos de los años 30 del siglo XIX. Se podía percibir en el ambiente el estallido de un nuevo levantamiento de los chechenos contra el ocupante ruso. Solamente faltaba un líder carismático que les aglutinase y dirigiese. Por eso no es casual que en julio de 1831 los chechenos esperasen en Grozni la llegada de Gazi-Magomed (Hayyi-Muhammad) para levantarse contra los militares rusos. A lo largo del mes de agosto de 1831 este líder musulmán de Transcaucasia intenta con todas sus fuerzas y por todos los medios apoderarse de la fortaleza de Vnezápnaya. Sin embargo, habiéndole llegado noticias de las maniobras de las tropas del general ruso Emmanuel, se dirige tras ellas a las montañas de Áujov inflingiéndoles allí una fuerte derrota. Gazi-Magomedov se dirige desde allí a la fortaleza de Derbent para tomarla por asalto, pero su tentativa no tuvo éxito ante la valiente actitud de los defensores armenios y musulmanes que no querían estar bajo su dominio. Por otra parte, el mencionado líder musulmán se vió obligado a abandonar el asedio de Derbent ante la llegada a la ciudad de las tropas del general-mayor Kajánov en noviembre de 1831. Sin embargo, los insurrectos asolaron Kizliar, atacaron la periferia de Vladikavkaz y sitiaron Nazrán. La táctica empleada por los insurrectos se caracteriza por el asalto a determinados núcleos urbanos entre los que media una gran distancia sin consolidar sus posiciones en ellos, ni, con ello, mantener una retaguardia plenamente reforzada. Lo cual les obliga a mantener una posición bastante delicada al no poder consolidar el apoyo recibido por los habitantes de las urbes asaltadas ni traducirlo en un incremento de su contingente militar. Esta circunstancia fue hábilmente aprovechada por los estrategas zaristas, quienes en estrecha colaboración con tropas armenias y georgianas, asaltó a finales de 1832 Guimra, cuartel general de los insurrectos musulmanes, matando a su dirigente Gazi-Magomed e hiriendo a su lugarteniente el futuro imam checheno Shamil. A la muerte de Gazi-Magomed es nombrado imam Gamzat-bek, el cual asesinó a todos los descendientes de los janes ávaros de Daguestán, exceptuando al joven Bulach-jan. En otoño de 1834 su ejército de 15.000 hombres atacó la localidad darguinia de Kuppa. Su vida duró muy poco, pues ese mismo año fue asesinado en una mezquita por los hermanos de los janes ávaros, Osmán y Jadzhi-Murat. Tras este luctuoso acontecimiento, los insurrectos deciden proclamar imam al líder espiritual de los muridistas chechenos, Shamil, que reunirá en su persona las cualidades de buen estratega militar y excelente administrador por un largo espacio de 25 años en el transcurso de los cuales dirigirá la heroica lucha de los pueblos montañeses de Daguestán y Chechenia contra los invasores zaristas. Shamil inicia su prestigiosa carrera militar derrotando en 1835 a un destacamento militar ruso mandado por el general Lanski. A partir de esta acción el líder insurrecto se sentirá con fuerzas para luchar, no solamente contra los militares de Nicolás I, sino contra aquellos montañeses que se oponen a la implantación de la sharia (ley islámica) en los territorios controlados por él. Sin embargo, Shamil es obligado a retirarse de Junzaj por Jadzhi-Murat, bravo dirigente de la defensa de esta localidad. No obstante, habiendo recibido apoyo de algunos subordinados suyos, en marzo de 1836 Shamil se lanza contra los aúles Igali e Intsukul. En la primavera del año siguiente los insurrectos caucasianos inflingen una colosal derrota al general-mayor ruso Ivélich cerca de la aldea Ashiltá, lugar de residencia de Shamil, que se dirigió de nuevo contra Junzaj tras obtener esta victoria. El líder espiritual checheno derrota en las inmediaciones del aúl Sogratl a una coalición militar formada por andalaltsos, junzajeses y kasikumujtses. Los rusos envían a la zona al general Fezi, quien logra obtener el juramento de fidelidad al zar de los habitantes de algunas aldeas de Ichkeria "sin disparar un solo tiro" . Salta a la vista que el éxito ruso es obtenido en los lugares de oposición a Shamil y al muridismo, jugando los líderes chechenos locales cara a las autoridades rusas un papel bastante similar al que jugará en el último conflicto ruso checheno Doku Zavgáyev, ex-Secretario del PCUS en Chechenia en la época brazhneviana y Presidente del minoritario gobierno títere checheno montado por Yeltsin, frente a los auténticos líderes de masas chechenos elegidos por la mayoría de los votos como Zhojar Dudáyev. Prueba de la inconsistencia de la presencia rusa en Chechenia son el envío a la zona de conflicto del sheij de Kazán, Tadzhutin Mustafin, para predicar contra el muridismo de Shamil y el inicio inicio de conversaciones entre Shamil y la jefatura militar suprema rusa en el Cáucaso el 18 de septiembre de 1837. Kliuge von Kliugenau, representante militar ruso, propone a Shamil el cese de las hostilidades y presentarse al zar en Tiflis en otoño, recompensándose por ello al jefe militar y religioso de los insurrectos si deponía la lucha,lo cual no sucedió. En 1838 el general ruso Grabbe sometió una serie de localidades en Daguestán y al año siguiente, el mando ruso ataca Daguestán en dos ofensivas. La primera, dirigida contra el sur de la región es mandada por el general Golovin y, la segunda, a través de Ichkeria, termina con la toma de la fortaleza de Ajulgó por los invasores rusos y la retirada de Shamil al interior de Chechenia. Así finalizaba la primera etapa del largo conflicto ruso-checheno. Al año siguiente Shamil ocupa una docena de fortalezas y expulsa a los ejércitos zaristas de la mayor parte de Avaria y de toda Chechenia. En estas acciones militares es preciso señalar que los insurrectos cuentan en sus filas de combatientes con la presencia de ucranianos y rusos, desertores del ejército de ocupación zarista. En ese mismo año las tropas del general-teniente Jalaféyev derrotan a los insurrectos en una batalla a orillas del río Valerik descrita por el poeta M. Yu. Lérmontov en un poema harto conocido . Para intentar dar mayor moral a sus tropas y meter miedo al alto mando ruso en el Cáucaso, Shamil hace correr el rumor de que se dirige a Derbent a encontrarse con Ibrahim Pashá de Egipto, que viene en su ayuda con un gran ejército . En el verano de 1840 Shamil logra derrotar a las tropas de Von Klugenau en las inmediaciones de la aldea Ishkarta y ocupa posteriormente de manera pacífica la localidad de Erpeli. A finales de ese mismo año Jadzhi-Murat se pasa al bando de Shamil, probablemente descontento con la decisión del alto mando ruso en Transcaucasia de no nombrarle gobernador de Avaria. Al año siguiente, Shamil crea el diván del jan, consejo supremo de gobierno formado por personas de su total confianza. Asimismo, la capital de los insurrectos ¡se establece en Dargó, siendo trasladada posteriormente a 1845 a la localidad de Vedenó. Finalmente, Shamil divide los territorios bajo su poder en cuatro regiones al frente cada una de las cuales instala a un gobernador. Con el fin te tener una mayor agilidad informativa a la hora de tomar decisiones de carácter estratégico, Shamil crea el cuerpo de los mujtasibos o mensajeros a caballo, y una guardia personal, compuesta por mil hombres. En marzo de 1842 Shamil se lanza sobre Kazikumuj pero se ve obligado a retirarse de la localidad ante la notable superior de los cuerpos de ejército rusos. Al año siguiente, Shamil derrota a los ocupantes rusos en las cercanías Untsukul en Avaria y ocupa una serie de localidades en las llanuras de Daguestán. Dos años después inicia la expedición a Tabasarán que cae bajo su dominio. A finales de 1844, el zar ruso decide relevar a la cúpula militar en la región con motivo del fracaso de las sucesivas tentativas de los estrategas rusos para aplastar el movimiento insurgente de los montañeses caucasianos. Nicolás I nombra jefe militar supremo de las tropas rusas en Transcaucasia al general-teniente príncipe M. S. Vorontsov, quien hace una propuesta de paz a Shamil. Ante la negativa de éste, Vorontsov decide atacar al segundo en mayo de 1845 e intentar tomar el aúl Dargó, refugio principal de los insurrectos. En Dargó los ejércitos zaristas son rodeados por los montañeses y en la encerrona perecen 4 generales, 168 oficiales y 3433 soldados rusos. Al año siguiente, Shamil se interna en Kabardá intentando que los kabardinos, también musulmanes, se sumen a su movimiento anticolonialista, pero todas sus tentativas fracasan. En julio de 1848, las tropas rusas ocupan Guegrebil. Ese mismo año, Shamil se dirige al jerife de La Meca pidiéndole apoyo material para su movimiento, y en 1850, al sultán otomano. En septiembre de 1949, los montañeses pierden la fortaleza de Saltá. Un revés importante para los insurrectos se produjo el 23 de noviembre de 1851 cuando Jadzhi-Murat y sus hombres se pasaron de nuevo al bando ruso. La situación de Shamil era en aquellos momentos extremadamente complicada. A partir de este momento, la actuación de los hombre s de Shamil se reduce a una serie de golpes de mano y escaramuzas contra los rusos, pero ya no habrá enfrentamientos de mayor escala por la escasez de recursos humanos en el bando insurrecto. que vayan ocupando el lugar de los caídos en combate. Es más, desde 1854 hasta el final del conflicto-ruso checheno, Shamil no volverá a combatir abiertamente contra los rusos, fundamentalmente a causa de las deserciones del gobernador de la Pequeña Chechenia y de parte importante de los combatientes chechenos, extenuados ya por la guerra contra los rusos y disconformes con algunas medidas administrativas tomadas por el imam checheno. Agobiado por las circunstancias, Shamil se dirige pidiendo ayuda al cónsul de Francia en Estambul, aprovechando la coyuntura de que éste país se encuentra combatiendo a Rusia en la guerra de Crimea, no obteniendo respuesta positiva. A comienzos de 1857 gran parte de Chechenia fue ocupada por los rusos y ese mismo año, el príncipe Orbeliani derrotó a los insurrectos en Aujá y Salatavia. Al año siguiente, casi toda Chechenia ya estaba bajo soberanía rusa . El 25 de agosto de 1859 el príncipe A. I. Bagriatinski comunicó al zar Alejandro II que el aúl Gunib, último refugio de los muridíes, había sido tomado por las tropas rusas, siendo Shamil capturado y enviado a San Petersburgo. De este modo terminaba la heroica y larga lucha de los montañeses de Daguestán y Chechenia por su independencia nacional. Rusia imponía su "pax romana" en la región, pero, como es obvio por notorio, el despótico dominio zarista no logró erradicar de los habitantes de la región la idea de luchar por su libertad en el marco de un Estado nacional. Tampoco lo logró Stalin con su política genocida de deportación masiva de los chechenos a Kazajstán en 1944. Ni los posteriores dirigentes comunistas, ni el actual Presidente de Rusia que embarcó y destrozó en sus sueños de dominación imperialista de Chechenia a la flor y nata de la juventud rusa contemporánea. Al final de la oscuridad se divisa siempre la luz. En este largo conflicto secular es posible que ésta se encuentre en las lámparas del diálogo encendidas por el general ruso Alexandr Lébed y su colega de armas y actual Presidente de Chechenia, Aslán Masjádov. Por encima de los intereses económicos de las multinacionales del petróleo debe estar siempre ese respeto a la diferencia que ha sido la clave del éxito del Islam a lo largo de la historia.

lunes, 4 de agosto de 2008

DEMOCRACIA

DEMOCRACIA
En Grecia, en el 500 a.C., la gente vivía en pequeñas ciudades llamadas polis, y los ciudadanos de éstas eran llamados demos (pueblo); así surgió el nombre de democracia, que significa gobierno del pueblo; donde los ciudadanos podían opinar acerca de las leyes, normas y reformas.
En la actualidad, la gran mayoría de países en el mundo son democráticos, y estructuran sus formas de gobierno en principios establecidos durante la Revolución Francesa, tales como:
· Igualdad: Todos los hombres son iguales ante la ley sin importar su color de piel, sexo, religión o condición social.
· Libertad: Todos los ciudadanos pueden hacer aquello que no les prohíba la ley.
· Constitución: Conjunto de leyes que sean aplicables a todos los ciudadanos de un Estado.
· Representatividad: Los ciudadanos tienen derecho a elegir y ser elegidos; el voto es el mecanismo que permite la representación de todos los ciudadanos en cabeza de unos pocos para que se puedan hacer cargo del gobierno.
En el siglo XIX, la democracia fue entendida específicamente como la designación de los gobernantes por medio del sufragio; pero la democracia es más que eso: es la participación de la ciudadanía en el poder, pues entre más alta sea la participación de los ciudadanos en un país se puede decir que es más alto el grado de democracia en éste.
Para que haya una democracia verdadera, se necesita de una confrontación de ideas, que haya oposición; en la mayoría de los países esta oposición y confrontación ideológica tiene en los partidos políticos y movimientos sociales a sus representantes: "La democracia no acaba con la dominación política, pero intenta controlarla mediante la división de los poderes, la vigencia de los derechos humanos, el derecho a la oposición y la oportunidad de una oposición de ser gobierno" 1
Las sociedades democráticas están divididas en dos:
Sociedades democráticas heterogéneas. Son aquellas que están diferenciadas por factores sociales, geográficos y culturales. Las elecciones cumplen el papel de expresar los diferentes intereses de esa sociedad.
Sociedades democráticas homogéneas: En éstas, las elecciones cumplen el papel de legitimación del sistema político, del gobierno o del partido: ratifican el apoyo o deslegitimación a un partido o coalición (agrupación de partidos o movimientos); expresan tendencias o preferencias políticas; canalizan los conflictos hacia soluciones pacificas; conforman la oposición al gobierno y desarrollan una conciencia y una cultura políticas.
En Colombia, el primer presidente elegido democráticamente fue el conservador José Vicente Concha, en el año de 1914; esta practica democrática en Colombia reinó hasta el año de 1953, cuando el general Gustavo Rojas Pinilla da un golpe de Estado que lo mantuvo en el poder hasta 1957, cuando una junta militar toma el poder. Desde 1958 hasta 1974, la democracia en Colombia fue muy frágil por la existencia del Frente Nacional, en el cual los dos partidos mayoritarios (Liberal y Conservador) deciden alternarse el poder. A partir de 1974 se vuelve a elegir a los Presidentes mediante el uso del sufragio popular.
La democracia colombiana se ha caracterizado por ser representativa y contar con tres ramas del poder: legislativa, ejecutiva y judicial.