lunes, 21 de julio de 2008

LOS INDIGENAS COLOMBIANOS: MUCHOS DERECHOS Y CRUDAS REALIDADES
En Colombia habitan 80 grupos étnicos. Su diversidad cultural se refleja en la existencia de más de 64 idiomas y unas 300 formas dialectales. Según un estudio del Departamento Nacional de Estadística, realizado luego del Censo de 1993 y con ajustes a 1997, la población indígena asciende a 701.860 personas que tienen presencia en 32 departamentos del país, especialmente en aquellos de selva tropical húmeda. Sus procesos de organización y lucha, aunque datan de la época de la conquista, han tomado mayor fuerza y coherencia en los últimos veinte años en los que se han consolidado organizaciones de diverso orden con fines reivindicativos y de autogestión bajo los principios unidad, tierra, cultura y autonomía. (*)
La Constitución de 1991, elaborada por la Asamblea Nacional Constituyente y en la cual los indígenas cumplieron un papel protagónico, reconoce y protege la diversidad étnica y cultural de la nación colombiana. Consagra para estas comunidades derechos étnicos, culturales, territoriales, de autonomía y participación como: la igualdad y dignidad de todas las culturas como fundamento de la identidad nacional; las diferentes lenguas que se hablan en nuestro país como lenguas oficiales en sus territorios; la educación bilingüe e intercultural para los grupos étnicos y la doble nacionalidad para los pueblos indígenas que viven en zonas de frontera. Se abrió así el camino para la participación activa de los indígenas en la vida política del país, marcando una nueva etapa de su gesta reivindicativa. Mediante el voto popular, han logrado su elección al Congreso de la República, asambleas departamentales, alcaldías y a un sinnúmero de concejos municipales en distintas regiones del país.
No obstante, este marco de derechos formales dista mucho de ser una realidad para las comunidades en lo que a calidad de vida se refiere. Persisten en ellas graves problemas como la usurpación de sus territorios por colonos, terratenientes y narcotraficantes; la falta de buena calidad de las tierras; el no cubrimiento de necesidades básicas como salud, educación, alimento y vivienda; que sumados a la agresión física y cultural permanente ejercida por las instituciones del Estado, la iglesia y las misiones religiosas internacionales, colonos, terratenientes, narcotraficantes, paramilitares, guerrilleros y ejército, amenazan la sobrevivencia de estos grupos y convierte sus territorios en zonas de guerra y de conflicto.
Pese al reconocimiento de la multietnicidad, Colombia es un país que registra los mayores índices de pobreza en comunidades negras e indígenas. Sin embargo, no existe la conciencia de que esto constituye un hecho de discriminación racial porque, como dice el líder afrocolombiano, Juan de Dios Mosquera, la discriminación racial entre los colombianos tiene una forma concreta, objetiva, y otra ideológica, subjetiva. La primera la practican el Estado y las clases dirigentes al mantener, desde la abolición de la esclavitud hasta hoy, a las comunidades negras e indígenas en condiciones de aislamiento territorial, atraso y desigualdad de oportunidades en todos los niveles, dentro de la sociedad, en síntesis, en condiciones de exclusión. La segunda, cuando en la conciencia social de los colombianos persiste el prejuicio racista, el racismo verbal contra negros e indígenas, demostrable en estereotipos y expresiones lingüísticas que denigran e inferiorizan su igualdad y dignidad humana.



miércoles, 16 de julio de 2008

LECTURA UNO

El arte de la paz
Morihei Ueshiba

El arte de la paz comienza contigo. Trabaja sobre ti mismo y con la tarea que te ha sido asignada en el Arte de la Paz. Todos tenemos un espíritu que puede ser refinado, un cuerpo que puede ser entrenado de cierta manera, un sendero conveniente para seguir. Estás aquí con el sólo propósito de darte cuenta de tu divinidad interior y manifestar tu iluminación innata. Alimenta la paz en tu propia vida y luego aplica el arte a todo lo que encuentres.
No son necesarios edificios, dinero, poder o prestigio para practicar el Arte de la Paz. El cielo está exactamente allí donde te hallas y ese es el lugar para entrenarse. Todas las cosas, materiales y espirituales, surgen de una misma fuente y están relacionadas como si formaran una familia. El pasado, el presente y el futuro están contenidos en la fuerza de la vida. El universo emergió y se desarrollo desde una fuente única, y nosotros evolucionamos a través del proceso óptimo de unificación y armonización.
El Arte de la Paz es la medicina para un mundo enfermo. En el mundo existen el mal y el desorden porque la gente ha olvidado que todas las cosas emanan de una sola fuente. Regresa a esa fuente y deja atrás todo pensamiento autocentrado, todo deseo mezquino y toda ira. Aquellos que poseídos por la nada poseen todo.


Si no te has unidoA la verdadera vacuidad,
Nunca comprenderás
El Arte de la Paz


ElArte de la Paz funciona en todas partes en la tierra, desde la vastedad del espacio hasta la más pequeña planta o el más pequeño animal. La fuerza de la vida lo penetra todo y su fortaleza es limitada. El Arte de la Paz nos permite percibir y recurrir a esa enorme reserva de energía universal.


Ocho fuerzas sostienen la creación:
Movimiento y quietud,
Solidificación y fluidez,
Extensión y contracción,
Unificación y división.


La vida es crecimiento. Si detenemos el crecimiento, técnica y espiritualmente, somos tan útiles como cadáveres. Arte de la Paz es la celebración del enlace del cielo, la tierra y la humanidad. Es todo lo verdadero, lo bueno y bello. Una y otra vez será necesario que te retires entre montañas profundas y valles ocultos para restablecer tu lazo con la fuente de vida. Inspira y déjate elevar a los confines del universo; espira y deja al cosmos regresar dentro de ti. Luego aspira toda la fecundidad y vitalidad de la tierra. Por último, combina el aliento del cielo y el aliento de la tierra con el tuyo propio, transformándote en el Aliento mismo de la Vida.


Todos los principios del cielo y de la tierra están vivos dentro de ti. La vida misma es la verdad y esto nunca cambiará. Todo, en el cielo y en la tierra, respira. La respiración es el hilo que ata a la creación y la mantiene unida. Cuando la miríada de variaciones de la respiración universal pueden ser percibidas, nacen las técnicas individuales del Arte de la Paz.



Considera el flujo y reflujo de la marea. Cuando las olas vienen a golpear la orilla, se alzan y caen provocando un sonido. Tu respiración debería seguir el mismo patrón, absorbiendo el universo entero en tu vientre con cada inhalación. Debes saber que todos tenemos acceso a cuatro tesoros: La energía del sol y la luna, la respiración del cielo, la respiración de la tierra y el flujo y reflujo de la marea.


Aquellos que practican el Arte de la Paz deben de proteger los dominios de la Madre Naturaleza, divino reflejo de la creación, y mantenerla bella y fresca. La calidad del guerrero da origen a la belleza natural. Las técnicas sutiles de un guerrero surgen tan naturalmente como aparecen la primavera, el verano, el otoño y el invierno. La calidad del guerrero no es otra cosa que la vitalidad que sustenta toda vida.


Cuando la vida es victoriosa, hay nacimiento; cuando impedida, hay muerte. El guerrero está permanentemente dedicado a una lucha de vida o muerte por la Paz.



Contempla las obras de este mundo, escucha las palabras del sabio y toma todo lo que es bueno como propio. Con esto como base, abre tu propia puerta a la verdad. No desprecies la verdad que está justo ante ti. Observa cómo fluye el agua en el arroyo de un valle, suave y libremente entre las rocas. Aprende también de los libros sagrados y de la gente sabia. Cada cosa - incluyendo ríos y montañas, plantas y árboles - debería ser tu maestro.


Crea cada día nuevamente vistiéndote con cielo y tierra, bañándote con sabiduría y amor colocándote en el corazón de la Madre Naturaleza.



No dejes
De aprender de
La voz pura del
Arroyo de montaña
Que fluye eternamente
Salpicando las rocas.



La Paz se origina con el fluir de las cosas, su corazón es como el movimiento del viento y de las olas. El Camino es como las venas que hacen circular la sangre a través de nuestros cuerpos, siguiendo el curso natural de la fuerza de la vida. Si estás separado siquiera un poco de la esencia divina, estás lejos del Sendero.



Tu corazón está lleno de semillas fértiles esperando brotar. Del mismo modo que una flor de loto surge del lodo para florecer en todo su esplendor, la interacción de la respiración cósmica hace florecer el espíritu para que dé fruto en este mundo. Estudia las enseñanzas del pino, del bambú y del pimpollo de ciruelo. El pino está siempre verde, firmemente enraizado y es venerable. El bambú es fuerte, resistente a inquebrantable. El pimpollo de ciruelo es vigoroso, perfumado y elegante. Mantén siempre tu mente tan luminosa y clara como el vasto cielo, el gran océano y el pico más alto, vacía de todo pensamiento. Mantén siempre tu cuerpo lleno de luz y calor. Llénate a ti mismo con le poder de la sabiduría y la iluminación. Tan pronto como te ocupas del “bien” y el “mal” de tus semejantes, creas una abertura en tu corazón por la que entra la malicia. Examinar, competir y criticar a otros te debilita y te derrota.
El brillo penetrante de las espadas
Sostenidas por los seguidores del camino
Golpea al malvado enemigo
Escondido en el interior profundo
De sus propios cuerpos y almas. El Arte de la Paz no es fácil. Es una lucha hasta el fin, la matanza de los malos deseos y de la falsedad interior. En algunas ocasiones, la Voz de la Paz resuena como un trueno, sacudiendo a los seres humanos y sacándolos de su letargo. Clara como el cristal,
Aguda y brillante,
La espada sagrada
No admite sitio
Para alojar al mal. Para practicar adecuadamente el Arte de
la Paz, debes:
Calmar el espíritu y retornar
a la fuente.
Eliminar toda malicia, egoísmo y deseo
para limpiar el cuerpo y el espíritu.
Sentir eterna gratitud por los dones
recibidos del universo, de tu familia,
de la Madre Naturaleza
y de tus semejantes.



El Arte de la Paz esta basado en Cuatro Grandes Virtudes: Valor, Sabiduría, Amor y Amistad, simbolizadas por el Fuego, el Cielo, la Tierra y el Agua.
La esencia del Arte de la Paz es limpiar tu ser de malicia, armonizar con tu ambiente y despejar tu Sendero de todos los obstáculos y barreras.

La única cura par el materialismo es la limpieza de los seis sentidos (ojos, oídos, nariz, lengua, cuerpo y mente). Si los sentidos están obstruidos, la percepción se enturbia. Cuanto más turbia la percepción, más se contaminan los sentidos. Esto crea desorden en el mundo y ese es el mal más grande. Refina tu corazón, libera los seis sentidos y déjalos funcionar sin obstrucciones, y tu cuerpo y alma enteros brillarán.


Toda vida es una manifestación del espíritu, la manifestación de amor. Y el Arte de la Paz es la forma más pura de ese principio. Un guerrero es responsable de detener toda discusión y toda lucha. El amor universal funciona de formas diversas; a cada manifestación se le debe permitir libre expresión. El Arte de la Paz es verdadera democracia.


Todos y cada uno de los maestro, sin importar época o lugar, recibieron la llamada y alcanzaron la armonía con el cielo y la tierra. Hay muchos senderos que llevan a la cima del Monte Fuji, pero hay una sola cumbre: el amor. La lealtad y la devoción hacen al valiente. La valentía conduce al espíritu de sacrificio. El espíritu de sacrificio genera confianza en el poder del amor.

La economía es la base de la sociedad. Cuando la economía es estable la sociedad se desarrolla. La economía ideal une lo espiritual y lo material, y las mejores mercancías con las cuales comerciar son la sinceridad y el amor.



El Arte de la Paz no se apoya en armas ni en la fuerza bruta para triunfar; en lugar de eso nos afinamos con el universo, mantenemos la paz en nuestros ámbitos, nutrimos la vida y evitamos la muerte y la destrucción. El verdadero significado de la palabra samurai es aquel que sirve y adhiere al poder del amor.



Alberga y refina
El espíritu del guerrero
Mientras prestas tu servicio en el mundo;
Ilumina el Sendero
De acuerdo a la luz interior.


El Sendero de la Paz es extremadamente vasto; refleja el propósito de ambos mundos, el manifiesto y el oculto. El guerrero es el templo viviente de lo divino, el que está al servicio de ese propósito. Tu mente debería armonizar con el funcionamiento del universo; tu cuerpo, con el movimiento del universo; cuerpo y mente formando una unidad que se unifica con la actividad del universo. A pesar de que nuestro Sendero es completamente diferente de las artes guerreras del pasado no es necesario abandonar totalmente los modos antiguos. Absorbe las tradiciones venerables en el nuevo Arte revistiéndolas con prendas frescas y construye sobre estilos clásicos para crear mejores formas.

martes, 15 de julio de 2008

DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA


Preguntas

¿Qué se entiende por pueblos indígenas?

¿Por qué se habla de unos derechos especiales para los pueblos indígenas?

¿Existe algún tratado internacional sobre los pueblos indígenas?

¿Cuáles son los derechos de los pueblos indígenas?

¿Qué obligaciones debe asumir el Estado con respecto a los derechos de los
pueblos indígenas?



La globalización se inició con la conquista de América

Para el colombiano Willian Ospina, el diálogo es el único secreto de la supervivenciaLa globalización se inició con la conquista de América Viernes, 16 de noviembre de 2001Encuentro Latinoamericano y Caribeño sobre el Diálogo de CivilizacionesEn el continente americano, nada es tan representativo, como su vocación de universalidad y su deleite en la diversidad, que se deriva del cruce de las razas, de las tradiciones y de la fusión de culturas, indicó el escritor colombiano William Ospina, en el Encuentro Latinoamericano y Caribeño sobre el Diálogo de Civilizaciones.
Ospina explicó que la historia del mundo, es una historia de fusiones y de mestizajes culturales. “Hoy se habla mucho de globalización, y se pretende que el auge de unas técnicas de comunicación y de unos sistemas de transporte, que la expansión por el mundo de unas estrategias de mercado, están fundando ese proceso de hacer global nuestra vida y de hacer interdependientes nuestras tradiciones”, dijo.
A su juicio, la conquista de América fue un acto eficaz de globalización en el doble sentido de avasallamiento político y militar de unos pueblos por otros, pero también de encuentro de razas, de cruce de tradiciones y de diálogo de civilizaciones.
Para Ospina, el diálogo de civilizaciones es la obra de los artistas del continente, por ejemplo, la música popular latinoamericana y la fusión que los cubanos hicieron de las figuras del santoral católico con las divinidades de África, creando ese complejo y misterioso rito sincrético que es la santería.
Ospina define al arte moderno como el fruto del diálogo de las civilizaciones, porque en el mismo se percibe la influencia de las máscaras y tallas africanas en las obras de Picasso, así como los intercambios y fusiones que mostraron sucesivamente a Jesucristo en la pintura europea como un emperador romano, como un monje gótico, como un patriarca bizantino, como un adonis griego, o como un rubio jovencito británico.
Durante su ponencia, el poeta colombiano se preguntó cómo es que existen tantas palabras árabes entretejidas en la lengua española desde hace varios siglos, si fuera cierto que la globalización comenzó sólo hace unas décadas. “¿Y cómo entender la obra de Boscán y Garcilazo en español sin la música itálica de Dante y de Petrarca? ¿Y cómo entender la novela de Dostoievski en Rusia sin la labor previa de Cervantes en España, de Balzac en Francia, de Dickens en Inglaterra?”, preguntó.
No obstante, explicó que la globalización fue descubierta recientemente por algunos teóricos, justo cuando se la plantea sólo como un fenómeno de la tecnología y como una estrategia de mercado.
Sin embargo, indicó que ello no significa que no haya que hablar de globalización, incluso que no haya que pensar en cómo actuar ante ella, pero exige que tengamos noción de nuestra historia, que entendamos los caminos que nos han traído hasta el presente, y que advirtamos cuán ricos en experiencia son estos pueblos que, forzados primero al choque cultural, han tenido que aprender que el diálogo de civilizaciones es el único secreto de la supervivencia, tras experimentar desde siempre las virtudes indudables pero también los desvíos tortuosos de la globalización.
Lo cierto, es que las mejores fusiones históricas las logra el arte y que a menudo las peores las obra la política. Ello se debe a que el arte sólo es posible como un acercamiento respetuoso entre lenguajes distintos. El arte lleva siglos emprendiendo esos diálogos culturales que son los que en realidad han permitido la convivencia de los pueblos. “Sólo por ellos hemos podido llegar hasta este momento crucial de la historia, cuando imperiosas necesidades de supervivencia de la especie exigen al mismo tiempo el respeto por cada tradición local y la definición de las cosas esenciales que nos unen a despecho de nuestra exquisita diversidad”, aseguró el escritor colombiano.
Por último Ospina recomendó superar el desconocimiento, la indiferencia y el menosprecio por todo aquello que no se nos parece, que se debe aprender del arte la divina capacidad de dialogar con lo desconocido, y de aprender de él, ya que sólo si persistimos en ese intercambio creador nos hará posible y habitable el futuro, y sólo él permitirá que ese futuro cumpla sus mejores promesas.